Chardonnay de color amarillo pajizo muy brillante y ribete plata. Nariz con notas de fruta tropical como piña y durazno, flores como manzanilla, mantequilla, miel y rocas machacadas. En boca es de buena acidez y fácil de tomar, cuerpo envolvente y final largo. Aromas a caramelo y sourcream. Cáscara de limón y piña. Sabores de duraznos y damascos con tostado y chocolate blanco.MARIDAJE: Se recomienda maridar con comida como pescados grasos o platos con queso.

Vino fresco con notas a frutas rojas, grafito y especias. En boca tiene una buena acidez, siendo un vino tenso, profundo y muy elegante. Gracias a su acidez, es un vino muy versatil que permite ser combinado con gran diversidad de sabores y comidas.

Esta garnacha fue injertada sobre parras muy viejas del país, plantadas hace más de cien años. La crianza fue en tinajas de greda por 10 meses, con levaduras nativas y sin adición de nada más que uvas. Este es un jugo de frambuesas jugosas con reluciente acidez, con tonos florales que se apoderan de la boca, es un vino para apagar la sed, pero también para comer con él. Tiene estructura importante de taninos para embutidos.

Nariz hermosa que muestra agradables y frescos aromas a lima y heno. Tiene un dejo delicioso debido al contacto con la piel, lo que agrega agarre y textura en boca. Estilo encantador y fresco, con algo de paja y una intensidad real con acidez bien definida. Este vino tiene características claras y definidas y una pureza cristalina. Una delicia que muestra lo bueno que puede ser el Semillón en Chile.

Del Maule, la región vitivinícola más grande de Chile, que representa aproximadamente un cuarto del total nacional, procede nuestro T.H. Carignan. Un vino fresco y complejo, de color rojo intenso. Es concentrado y vibrante, potente y elegante. De final persistente y con gran potencial de guarda.

El refinado Langhe Freisa de Borgogno, ya que proviene de la variedad de uva más histórica de Piamonte, la Freisa, precisamente. Su nombre proviene del francés "Fraise", que significa fresa, y al degustarlo, podrán reconocer los aromas de esta deliciosa fruta. Se caracteriza por su hermoso color rojo rubí y sus excelentes notas frutales. En el paladar es seco, fresco, taninos firmes pero adecuadamente suaves, con un final delicado que recuerda a la almendra.

Este vino, proveniente de uvas de San Clemente en la precordillera, es fresco y potente, con un gran carácter frutal. Destaca por aromas florales y frutosos, como damasco y frutas tropicales. Sorprendentemente, se vinificó como un tinto al reposar la uva con su cascara durante 2 meses, dando un blanco con un toque dorado. El resultado es un vino corpulento, con excelente estructura, pero sorprendentemente refrescante y jugoso. Ideal para disfrutar en verano sin perder su frescura distintiva.

Este Tannat iene un color violáceo oscuro intenso, con una nariz muy frutal y especiada con notas a ciruela, frambuesa y cereza. En boca es un vino tinto de cuerpo medio, con buena estructura, fresco, frutal, una acidez balanceada, un largo final con taninos que se hacen presentes bien integrados.

Rojo violeta. Nariz perfumada, violeta, mora, chocolate amargo, hojas secas, tabaco, pimienta fresca. En la boca es intenso, jugoso, de cuerpo medio, sabroso.

Clos de Luz realiza una selección de viñedos plantados en suelos extremadamente pobres y ricos en granito, en el año 2005. Este factor añade tensión y fortaleza a los taninos, lo cual no es un detalle menor en vinos de variedades mediterráneas cultivadas en una zona cálida como Almahue, donde el sol a veces produce vinos muy maduros y dulces. En estos casos, los taninos actúan como contraparte, aportando equilibrio. Este vino no presenta frutas dulces, sino frutas rojas con una acidez pronunciada, lo que resalta el efecto penetrante de los taninos con mayor intensidad y construye un vino que es nítido y lleno de vida.

De color rojizo claro. Nariz afrutada con cereza roja, hierbas, especias y flores rojas. Es una garnacha de cuerpo medio, jugosa con acidez. taninos bien definidos que le dan cuerpo y agarre con un final frutal y expresivo.

Descubre la encarnación divina de Millahue en cada sorbo de La Piu Belle. Este vino ensambla con maestría una combinación voluptuosa, compleja, intensa, elegante y fresca, capturando de manera atemporal la belleza de la naturaleza.

Este vino nace 30 kilómetros al este del océano Pacífico, en el valle de Casablanca. Nuestros viñedos son influenciados por las suaves brisas del océano y la fría niebla matinal, lo que da como resultado un vino con vivos aromas de pera, membrillo y melón. Fresco y cremoso a la vez, este Chardonnay es perfecto para acompañar una ensalada griega, o unas machas a la parmesana al borde del mar.

Tiene una densidad amable y cremosa; los sabores son profundos y, aunque es un vino serio, se toma con mucha facilidad, sus sabores son irresistibles. De color rojo violeta, en nariz es muy intenso, con aromas de cereza, frambuesa, arándano, rosa, hibisco y violeta. En boca es fresco y largo, con una jugosa acidez y sutiles notas especiadas. Un vino de taninos finos y sedosos, de una vibrante frescura y gran intensidad frutal.

Un vino fresco, con buen volumen y rica acidez que añade sensación jugosa. Larga persistencia con retrogusto floral y gran equilibrio final. Un chardonnay fresco, potente y vibrante. Maridaje:Aves, camarones, mariscos, quesos frescos.

Neyen, un ensamblaje clásico de Cabernet Sauvignon y Carmenere, refleja fielmente los ricos suelos de Apalta. Cada año, busca lograr un equilibrio y una sinergia elegante entre las características de ambas variedades. El Cabernet Sauvignon aporta estructura, mientras que la Carmenere, la variedad perdida de Burdeos, ofrece una textura suave y un final sedoso. Este vino del nuevo mundo con esencia del viejo mundo es un reflejo de las vides y los suelos centenarios de la propiedad en Apalta.

El Enemigo Chardonnay es un vino sorprendente, con el que podrán deleitarse neófitos y expertos. Combina las mejores virtudes de la uva chardonnay, las barricas francesas y la crianza biológica con maestría, llevando el vino blanco de Mendoza a un nivel de complejidad insospechado hasta hace poco.

Un ensamblaje que combina la diversidad de cada una de nuestras propiedades y las variedades mejor adaptadas a cada una de ellas. El Cabernet Sauvignon es la base y aporta estructura, mientras que el Merlot entrega fruta roja y vitalidad en boca. El Carmenere añade densidad y suavidad, además de especias que se unen con el Petit Verdot, el cual contribuye con un final suave y complejo. Finalmente, el Cabernet Franc le otorga elegancia y persistencia.

Los mejores lotes de la cosecha son seleccionados y mezclados. Un tercio del vino se guarda por doce meses en foudres de 5000 L, y el resto en barricas de roble francés, 18% barrica nueva.

Cada cosecha se distingue por su gran elegancia y complejidad. Las uvas para este Chardonnay provienen de cuarteles seleccionados del viñedo de Chilhué que se caracterizan por el alto contenido de rocas fragmentadas del tipo esquisto, lo que le da al vino un carácter notablemente mineral. El suelo, el clima y las condiciones topográficas naturales del campo le aportan a este vino una vívida acidez que está en perfecto equilibrio con su estructura, peso y la sutil cremosidad que proviene de su fermentación y guarda en barricas francesas previamente usadas.

MAX Chardonnay deleita con su color amarillo pajizo con brillos verdosos. En nariz muestra aromas a papaya, níspero, piña y mandarina. En boca, primero aparece su carácter a frutas frescas, enmarcadas por notas a mazapán. Este vino es fresco y jugoso, entregando un equilibrio entre amplitud y linealidad, junto a una gran persistencia.