Esta garnacha fue injertada sobre parras muy viejas del país, plantadas hace más de cien años. La crianza fue en tinajas de greda por 10 meses, con levaduras nativas y sin adición de nada más que uvas. Este es un jugo de frambuesas jugosas con reluciente acidez, con tonos florales que se apoderan de la boca, es un vino para apagar la sed, pero también para comer con él. Tiene estructura importante de taninos para embutidos.

"Miramar es un viñedo con colinas empinadas y suelos de piedra caliza y granito, conocido por su Riesling Miramar. Este vino, con su acidez natural y bajo pH, envejece excepcionalmente bien, ganando reconocimiento internacional y un lugar en los Top 20 Riesling secos del mundo en 2016. Su perfil jugoso y fresco, con toques de albaricoques caramelizados, equilibra la mineralidad y la acidez, resultando en un vino hermoso y elegante."

En Chile, esta variedad alemana es menos conocida, pero ha demostrado excelentes resultados en climas fríos. En los viñedos, el 60% de las uvas cosechadas proviene de laderas con suelos graníticos, mientras que el 40% restante proviene de suelos arenosos en las zonas más bajas. Este Riesling es semi-seco y presenta notas de manzanilla verde, clementinas, melocotón, confituras y crema de miel. Su paladar es sedoso, con un gran volumen y una acidez refrescante que deja la boca salivando. Es un vino que invita a servirse otra copa.

Casa Marin ha incorporado la emocionante variedad tinta Garnacha a su portafolio, con la intención de combinarla con Syrah. Este vino se caracteriza por su equilibrio y frescura, exhibiendo una energía que lo hace juguetón y precoz, resaltando sus notas herbáceas. En boca, se muestra fino pero persistente gracias a su acidez vibrante y taninos equilibrados.

Clos de Luz realiza una selección de viñedos plantados en suelos extremadamente pobres y ricos en granito, en el año 2005. Este factor añade tensión y fortaleza a los taninos, lo cual no es un detalle menor en vinos de variedades mediterráneas cultivadas en una zona cálida como Almahue, donde el sol a veces produce vinos muy maduros y dulces. En estos casos, los taninos actúan como contraparte, aportando equilibrio. Este vino no presenta frutas dulces, sino frutas rojas con una acidez pronunciada, lo que resalta el efecto penetrante de los taninos con mayor intensidad y construye un vino que es nítido y lleno de vida.

Este Pinot Noir tiene sabores profundos y maduros que hablan de una cosecha cálida en la zona de Traiguén; se siente imponente, dejando que los taninos se muevan suave y amablemente por la boca, acompañados de una fresca acidez. Un pinot para guardar hasta que gane en complejidad.

De color rojizo claro. Nariz afrutada con cereza roja, hierbas, especias y flores rojas. Es una garnacha de cuerpo medio, jugosa con acidez. taninos bien definidos que le dan cuerpo y agarre con un final frutal y expresivo.