Con una combinación de vivacidad y elegancia, este Sauvignon Blanc resulta atractivo por su brillante perfil aromático y su estructura en el paladar, un factor común en los vinos de Arboleda provenientes de Aconcagua Costa. Las condiciones naturales del campo le otorgan a los vinos, año tras año, un frescor consistente, una acidez vivificante y gran frutosidad. Este vino se fermenta en estanques de acero inoxidable y se embotella después de 5 meses.

Este es un vino que se define por identidad y pureza. Es serio y elegante, a la vez que atrevido. Posee una arista terrosa de sotobosque y mineralidad que proviene de la roca tipo esquisto que se encuentra en el campo. Tiene una guarda en barricas francesas, la mayoría de segundo y tercer uso. Este es el vino que mejor expresa las características del terroir, y está entre los mejores ejemplos de Pinot Noir de clima frío en Chile. El vino logra un gran equilibrio y tiene un carácter excepcional debido a su elegancia, complejidad y a sus característicos taninos calcáreos.

Vino de color amarillo pálido verdoso y mucho brillo. De bonita intensidad aromática, resaltan su gran frescor y aromas a frutos tropicales como mango y maracuyá con un fondo levemente herbal. La nariz es compleja y van apareciendo también notas cítricas y minerales, acompañadas por notas a ají verde y hojas de tomate acomplejan aromáticamente este rico bouquet. En boca, se puede apreciar una bonita acidez y una sensación cítrica que lo hacen un vino muy culinario.

De un brillante amarillo pálido, este vino se muestra con gran intensidad en nariz. Suaves notas cítricas y a frutos blancos son las primeras en aparecer en nariz. Frutas tales como pera de agua y mango están muy presentes, sin embargo, suavemente van apareciendo sutiles notas a silex y tierra húmeda haciendo de este, un vino muy complejo aromáticamente. En boca es equilibrado y mineral. Texturas vibrantes resaltan a su vez con una acidez punzante y cierta untuosidad, realzando los sabores en el paladar. De buena persistencia en boca, su gran frescor y vivacidad, hacen de este un vino complejo pero ideal para acompañar el día a día.

Vino cristalino, de color dorado pálido con tonos verdes. En nariz muestra un perfil fresco y cítrico y una sensación mineral con solo un pequeño toque herbal y manzana verde. En boca es un vino que llama la atención por su textura oleosa que contrasta con una acidez filosa, dejando una sensación salina al fondo de boca muy característica de los Sauvignon Blanc del Valle de Leyda. A medida que avanza en la copa muestra distintas capas de sabores con un final largo y expresivo.

La influencia del mar, los suelos y una lenta maduración, hacen de éste, un vino de un color rojo rubí profundo con ribetes violáceos, de gran complejidad aromática. Sus aromas evocan a frutos rojos y negros maduros y una suave nota de vainilla aportada por la elegancia de una barrica bien casada. Taninos redondos, suaves, que llenan la boca y que otorgan un final de boca limpia, elegante, de gran persistencia y personalidad.