El Gewurztraminer Casona proviene de cuarteles ubicados en áreas planas casi al nivel del mar, caracterizados por suelos arcillosos. Este vino se distingue por su inusual delicadeza en esta variedad, deleitando el paladar con notas florales y toques de fruta madura. Es especialmente apreciado por su sutileza, resultado de añadas frías.

Color rubí violáceo. La nariz es fresca con aromas a frutos rojos y negros como cereza, ciruela, frutos del bosque. Un toque floral. En boca es un vino jugoso con taninos suaves y cuerpo medio. El retrogusto es balanceado con notas de fruta roja dulce. Este vino es fácil de tomar y es excelente opción para compartir

Este Syrah chileno es una verdadera joya del terruño de Lo Abarca, destacando por su baja graduación alcohólica y alta acidez debido a las bajas temperaturas. Jancis Robinson lo compara con vinos del norte del Ródano, elogiando su carácter herbáceo y su nariz floral con frutos rojos y especias. En boca, se aprecia su delicadeza, elegancia y firme acidez, resaltando las frutas rojas. Sin duda, un Syrah que merece ser probado por los amantes de esta variedad.

Color rubí profundo con reflejos violáceos. La nariz excepcional llena de aromas a fruta roja fresca como cereza y ciruela, frutos del bosque, bayas y un toque de grafito y violetas. En boca es un vino estructurado y de gran personalidad. Taninos firmes pero redondos y aterciopelados, acidez bien marcada, final largo y equilibrado con notas de tabaco y especias que da la guarda en barrica. Es vino con mucho carácter, pero elegante, jugoso y muy aromático. Tiene excelente potencial de guarda

El Sauvignon Blanc Cipreses es la estrella del portafolio, destacado como uno de los mejores vinos del mundo en 2016. Con múltiples premios, incluyendo dos veces el mejor Sauvignon Blanc del mundo en 2010, es considerado el mejor de Chile y uno de los mejores del mundo. Proviene de laderas con suelos graníticos y piedra caliza, influenciadas por la corriente de Humboldt. Este vino seductor ofrece frutas blancas, cítricos verdes, piedras mojadas y un toque mineral, con una boca salina, vibrante y refinada.

El Sauvignon Blanc de Cartagena se cultiva en los cuarteles más altos del viñedo, beneficiándose de un microclima único con exposición al Pacífico. Con un rendimiento limitado a 5-6 toneladas por hectárea, este vino presenta aromas salinos y cítricos, respaldados por una rica textura y acidez nítida. Su complejidad y equilibrio destacan gracias a la influencia del clon francés 242 y el suelo de marga.

Color amarillo pálido con reflejos verdosos. Nariz fresca con aromas a pera y manzana verde, piña ácida, toque cítrico. La boca es jugosa con una acidez chispeante. Notas de frutas blancas frescas, cítricos acompañados de hierbas, flores blancas y toque tropical.

Es un ensamblaje de alta gama, que combina uvas tradicionales en proporciones perfectas, creando un vino excepcional con carácter distintivo y gran complejidad. Este vino resalta por la calidad de sus uvas y la destreza de su elaboración. Denota las características propias de su terroir, presentando en nariz aromas de frutos rojos con notas especiadas y un toque de roble, que dan paso a un paladar intenso y voluminoso, lleno de sabores exquisitos y un final largo y elegante. Maridaje: con carnes rojas y quesos maduros.

La fruta negra se siente con fuerza en este vino, pero no provoca una sensación de extrema madurez, como podría suceder con vinos de similar precio. La clave es que aquí hay una acidez y una textura maravillosa que aportan al frescor, dando nervio, impulso y una vitalidad sorprendente a este Cabernet, que es generoso en elegancia y sofisticación.

En Chile, esta variedad alemana es menos conocida, pero ha demostrado excelentes resultados en climas fríos. En los viñedos, el 60% de las uvas cosechadas proviene de laderas con suelos graníticos, mientras que el 40% restante proviene de suelos arenosos en las zonas más bajas. Este Riesling es semi-seco y presenta notas de manzanilla verde, clementinas, melocotón, confituras y crema de miel. Su paladar es sedoso, con un gran volumen y una acidez refrescante que deja la boca salivando. Es un vino que invita a servirse otra copa.

Vino cristalino, de color dorado pálido con tonos verdes. En nariz muestra un perfil fresco y cítrico y una sensación mineral con solo un pequeño toque herbal y manzana verde. En boca es un vino que llama la atención por su textura oleosa que contrasta con una acidez filosa, dejando una sensación salina al fondo de boca muy característica de los Sauvignon Blanc del Valle de Leyda. A medida que avanza en la copa muestra distintas capas de sabores con un final largo y expresivo.