MW es el vino emblemático de la línea Maturana Wines, elaborado completamente a mano y con una producción limitada de solo 15,000 botellas al año. Un 25% del vino pasa por huevos de concreto durante 14 meses, otro 25% en barricas de roble francés de 500 litros de primer uso durante el mismo período, y el 50% restante se envejece en barricas de roble francés de 225 litros de cuarto y quinto uso. Luego de la mezcla, el vino se embotella y se le permite reposar durante al menos 18 meses antes de estar listo para su venta. Este vino es un testimonio de dedicación y amor, destacando las especias y hierbas de la uva Carmenere en su punto óptimo de madurez y manteniendo una acidez perfectamente equilibrada.

Esta garnacha fue injertada sobre parras muy viejas del país, plantadas hace más de cien años. La crianza fue en tinajas de greda por 10 meses, con levaduras nativas y sin adición de nada más que uvas. Este es un jugo de frambuesas jugosas con reluciente acidez, con tonos florales que se apoderan de la boca, es un vino para apagar la sed, pero también para comer con él. Tiene estructura importante de taninos para embutidos.

Rojo violáceo brillante. Aromas a grosella negra, ciruela, mermelada de moras, canela, regaliz y té negro. En boca es de acidez media-alta, taninos suaves, estructura media y final frutoso.

El color es un rubí profundo con matices rojizas. En nariz encontramos notas de arándanos, chocolate negro, carne y especies picantes. En boca se siente una potencia y taninos polvorientos muy característicos del terroir de la viña con un final afrutado, fresco y largo.

Rojo cereza oscuro con violeta. Aromas de fruta roja madura, algo de betarraga, especias, suave tostado. Boca fresca, jugosa, compacta, algo tostada.

Clos de Luz realiza una selección de viñedos plantados en suelos extremadamente pobres y ricos en granito, en el año 2005. Este factor añade tensión y fortaleza a los taninos, lo cual no es un detalle menor en vinos de variedades mediterráneas cultivadas en una zona cálida como Almahue, donde el sol a veces produce vinos muy maduros y dulces. En estos casos, los taninos actúan como contraparte, aportando equilibrio. Este vino no presenta frutas dulces, sino frutas rojas con una acidez pronunciada, lo que resalta el efecto penetrante de los taninos con mayor intensidad y construye un vino que es nítido y lleno de vida.

El refinado Langhe Freisa de Borgogno, ya que proviene de la variedad de uva más histórica de Piamonte, la Freisa, precisamente. Su nombre proviene del francés "Fraise", que significa fresa, y al degustarlo, podrán reconocer los aromas de esta deliciosa fruta. Se caracteriza por su hermoso color rojo rubí y sus excelentes notas frutales. En el paladar es seco, fresco, taninos firmes pero adecuadamente suaves, con un final delicado que recuerda a la almendra.